Despierta tu verdadero espíritu con Ray-Ban.EXE
Ray-Ban consolida su estatus como símbolo de la autoliberación con el lanzamiento de una nueva campaña y animación, marcando un giro estratégico hacia la cultura pop coreana como vínculo clave con la próxima generación a nivel mundial.

Durante demasiado tiempo, nuestras identidades han sido recortadas y domesticadas por sistemas sin alma y binarios frágiles. Como abanderado de la autoexpresión, Ray-Ban ha redefinido el estilo sin límites desde 1937, encontrando una profunda resonancia con quienes anhelan liberarse de convenciones que se sienten rígidas o performativas.
El 4 de septiembre, Ray-Ban profundizó en su enfoque iconoclasta con el lanzamiento de una nueva campaña y animación, Ray-Ban.EXE, que mezcla el lenguaje visual de los webtoons coreanos con una narrativa distópica para llamar a los espectadores a su propio despertar creativo.
Presentada en el primer pop-up de la marca en Seongsu-dong, Seúl, Corea —una elección simbólica—, la premiere reunió a pioneros culturales en el corazón de una escena creativa que moldea cada vez más la identidad juvenil a nivel mundial. La iniciativa representa algo más que un hito creativo: refleja la ambición de Ray-Ban de reposicionarse como una marca en sintonía con la próxima generación de Corea y, a través de su influencia cultural, con la Gen Z en todo el mundo.
Con su estilo gráfico de alto impacto, el film pinta el retrato de un futuro austero donde el mundo está controlado por máquinas humanoides, programadas para eliminar cualquier rastro de individualidad, memoria o autoexpresión. El protagonista, EV11, es un robot encargado de destruir objetos que no se ajustan a la norma; hasta que un día descubre un maletín negro que contiene un par de lentes de sol Ray-Ban Clubmaster. Cuando se pone los lentes, algo despierta en su interior. Un recuerdo, una chispa de identidad, se agita en su interior.
De pronto, marcado como anómalo, EV11 escapa y reaparece en el mundo real como un humano llamado Kim. Se encuentra en una instalación llena de otros que aún están atrapados en la simulación. Un grupo de rebeldes afines lo saluda y le entrega a Kim otro par de lentes, esta vez para pasarlos a alguien más. Le pone los lentes a una chica dormida, reiniciando de nuevo el ciclo de despertar.
Como mucho más que un simple accesorio, Ray-Ban consolida su estatus como catalizador de identidad y autorrealización: una herramienta para propiciar la conexión auténtica que anhelamos.
Ismael Díaz